Antes de apresurarnos en el juicio sobre cuál de las dos es mejor, debemos saber que los objetivos de enseñanza de estos Centros de Educación Superior son diferentes entre sí. A continuación te brindamos algunos datos de interés que te ayudarán a hacer la distinción con más facilidad y así entender cuál de los dos se relaciona mejor con tus expectativas.
Estudiar en la Universidad
Para comenzar, debes saber que la duración de una carrera universitaria es de aproximadamente 5 años, con excepciones de acuerdo a la carrera o especialización. Además, las Universidades generalmente cuentan con mejor y más amplia infraestructura, además de bibliotecas con una basta colección de libros, equipo de última tecnología, etc.
Pero lo que más destaca a un profesional universitario son sus conocimientos sólidos y la amplia base de conocimientos relacionados y no relacionados a su carrera. Se trata de una currícula con gran carga teórica, donde los alumnos deben desarrollar habilidades críticas y reflexivas. En la mayoría de Universidades, se tiene como objetivo dar a conocer a sus futuros profesionales diversas ramas del saber que les sirvan como punto de partida para la reflexión y la conexión de ideas de forma interdisciplinaria (de ahí la existencia de los Estudios Generales).
Esta filosofía basada en el conocimiento no es compartida por el instituto y en algunos aspectos es lo que determina que los profesionales universitarios sean quienes puedan aspirar a los puestos más altos dentro de las organizaciones. Sin embargo, les toma un mayor tiempo insertarse en el ámbito laboral.
Estudiar en el Instituto
Algo que se maneja mucho como diferencial a la hora de publicitar las carreras técnicas y los institutos es el tema del tiempo. Culminar una carrera técnica toma a lo mucho 3 años, lo cual para muchos representa ya una ventaja frente a la universidad.
Más allá de esto, la formación profesional de un Instituto es considerada sustancialmente técnica. Está enfocada en conocimientos concretos y operativos y no cae en imprecisiones del tipo conceptual. Se trata de un conocimiento que se puede aplicar de manera sistemática y netamente práctica.
Además, presenta una ventaja que va de acuerdo a las políticas de muchas empresas y es la contratación de gente joven. En un instituto, los alumnos inician sus prácticas al año y medio, lo cual no se podría dar en el caso de un universitario.
Finalmente, en un instituto tienes la posibilidad de conocer a detalle y gran profundidad los procesos técnicos y operativos que forman parte de tu rubro, un tema que normalmente la universidad no se interesa por cubrir.
Todas estas cualidades son las que llaman la atención de alumnos con mucha curiosidad en aspectos técnicos y mecánicos, para los cuales importa más la ciencia exacta y aplicativa que la reflexión. Sin embargo, generalmente los estudiantes de institutos enfrentan lo que se llama un “techo” respecto a las posibilidades que tienen de ascender en una empresa y no siempre pueden aspirar a los puestos más altos de una organización.
Como puedes ver, la elección entre universidad e instituto no radica solamente en cuál demora menos o cuál te brinda mayor prestigio. La decisión debe estar basada netamente en las necesidades del estudiante. Así, para muchos, una carrera técnica es lo ideal ya que sus intereses van por el lado operativo y concreto mientras que, para otros, la universidad sea el lugar idóneo en tanto sus expectativas de la educación superior incluyen la reflexión y la posibilidad de tener una base amplia de conocimientos a la mano. Es muy importante que analices cuál es la indicada para ti.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante.